Es un espacio de reuniones semanales de aproximadamente dos horas, coordinadas por un psicólogo, en donde se propone un tema a debatir, a partir de los intereses del grupo.
Es un espacio donde todos tienen la oportunidad de hablar, ya que se respeta la participación de cada uno sin que haya superposición de discursos, por lo que es ideal para personas que no desean tener que pelear por el espacio discursivo y encuentran aquí la posibilidad de ser escuchados.
No se profundiza tanto en lo individual como en un grupo terapéutico, por lo cual quienes desean comenzar a hablar con otras personas de lo que les pasa, encuentran aquí una forma de canalizar sus inquietudes sin que esto signifique desnudarse emocionalmente.
Para muchas personas es un buen comienzo para perder el miedo a mirarse, y luego comenzar un proceso terapéutico.
Todas estas razones, y muchas otras que se podrían enumerar, son absolutamente respetables y valiosas, hacen a la motivación de cada uno y responden a las más profundas necesidades humanas: afecto, aceptación, pertenencia y autorrealización.
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